Uno de los grandes descubrimientos para mí en estos últimos años, es que la ganadería es una herramienta potentísima para la regeneración de suelos, la reversión del cambio climático, la recuperación de la dehesa…, solo requiere un cambio de manejo que simule lo que ocurría en la naturaleza hace unos cuantos siglos o incluso algún milenio.

Frente a la ideología de la corriente veganista, la producción de animales puede ser la gran y más fácil solución frente a la desertización. Ahora bien, tenemos que cambiar de mentalidad, tenemos que ser capaces de ver con otros ojos, desaprender e interiorizar conceptos tan básicos como que un barbecho es un desierto, que los animales tienen patas para caminar, solían ser nómadas, o que el bienestar animal no se basa en criar animales en construcciones humanizadas.